Cuando ponemos nuestro cuerpo en manos de alguien deberíamos exigir que esta persona tenga una profesión regulada y oficial. Al fin y al cabo, una mala técnica puede desembocar en lesiones graves.
¿Cómo elegir a un entrenador personal?
Aquí algunas claves para hacerlo:
1. Vendedor o Entrenador. Si lo primero que hace es hablar de fármacos, quemadores de grasa o algún producto mágico, antes de mencionarte de la importancia de la alimentación o del seguimiento en tu entrenamiento. Farsante! Regularmente esta clase de pseudo Entrenadores son los que te venden dichos productos.
2. Preparación. Hoy en día cualquiera puede decir que es entrenador personal. Busca una persona que desempeñe esta profesión y que tenga un conocimiento pleno de la fisiología del ejercicio. Un buen entrenador siempre está actualizado, porque los estudios de las ciencias deportivas se renuevan y llegan a diferentes conclusiones cada cierto tiempo. Es una profesión en la que se tiene que estar al día.
3. Contrasta su experiencia. No valen fisioterapeutas, nutricionistas, ni otro tipo de profesionales de la salud que también hayan decidido dedicarse a esto aunque no sea su campo. Recuerda, «Zapatero a sus zapatos»
4. Programas Personalizados. Si es un verdadero profesional, evaluará tu caso, te hará una revisión previa donde sabrá de tus lesiones, tu historial deportivo y alimentario, etc. Hacerte una rutina le llevará su tiempo, si te saca una programa prediseñado el primer día nada más con verte… ¡mal!
5. Comprueba que use material de calidad. Ni lo más barato, ni escaso, ni roto, ni en mal estado. Un profesional como Dios manda, tiene su propio repertorio de calidad.
6. No te guíes por el físico. No dejes de preguntar ni investigar su formación. El conocimiento de un entrenador no tiene por qué corresponder a su físico. Sí es una herramienta visual a favor, pero existen excelentes entrenadores que no tienen el cuerpo de sus clientes. Recuerda que los campeones son hechos por profesionales, quien quieres que te entrene…? El campeón que solo te pondrá lo que a él le pusieron, o el profesional que tiene una casta de campeones…?
7. Influencers o Entrenadores. Otro punto más de referencia donde el físico no es lo más importante. El intrusismo qué hay en el mundo de las redes sociales es brutal y la gente no para de escribirles para que les entrenen. Lamentable.
8. Precio. Un buen entrenador personal cobra entre $500 a $1000 pesos por sesión de entrenamiento personal. Si el precio está por debajo de esto, o no tiene clientes o no es un preparador físico certificado.
9. Formación. Hoy en día existen múltiples opciones de entrenamiento. Asegúrate que tenga certificaciones de cada actividad que imparta. Un profesional no puede improvisar.
10. Sondeo y Recomendación. Si es bueno ya lo habrás escuchado antes. Es importante las referencias de gente que practica con regularidad actividad física. Sin embargo no puedes pasar por alto todos los consejos antes mencionados. Siempre habrá quien se conforme con lo que sea y recomienden a su «entrenador» solo porque le cae bien.